La Quimioterapia

Los fármacos citoestáticos (quimioterapia) consisten en un tratamiento de agentes simpaticotónicos con veneno celular que debería impedir la proliferación celular. Naturalmente se observa que este veneno celular ataca en primer lugar la médula ósea. Después a los órganos reproductivos, cosa que puede causar la perdida de la fertilidad de manera temporal o permanente. El veneno celular intensifica la simpaticotonía y por lo tanto estimula todavía más el crecimiento tumoral en la Fase Activa. También disminuyen la elasticidad del tejido cerebral involucrado durante el proceso de reparación.

La quimioterapia y sus agentes citotóxicos disminuyen la elasticidad de las neuronas y sinapsis del cerebro ya que provocan un efecto llamado de acordeón. Durante la quimioterapia el edema es comprimido y liberado de manera alternativa, un mecanismo que puede llevar a romper las células en el edema cerebral.

La quimioterapia en ciertos casos tiene un éxito aparente (con costos sobre la médula ósea), en cuanto a que puede eliminar síntomas de fases de reparación, ya que el organismo entra en fuerte simpaticotonía al recibir el veneno. Esto se obtiene a precio de muchos efectos desastrosos: uno de ellos es que se debe seguir con la quimioterapia para impedir que se manifiesten de nuevo los síntomas de reparación,  lo que naturalmente produce una lisis de la médula y la muerte segura del paciente.

Con la quimioterapia, en los cánceres dirigidos por el Cerebro Nuevo, puede conseguirse un éxito aparente puramente sintomático en la Fase Pcl, ya que con citostáticos se bloquea inmediatamente todo proceso de reparación y se entra en fuerte simpaticotonía. Éste es el caso en las dolencias del Mesodermo Nuevo como: cáncer de huesos (leucemia y osteosarcoma en la Fase Pcl) o en la inflamación de quistes de testículo u ovárico en la Fase Pcl, indurados posteriormente o en reparación de ganglios línfáticos (linfoma en la Fase Pcl). Con citostáticos se puede desinflamar cualquier forúnculo, absceso, incluso cualquier picadura de avispa. Los citostáticos sólo impiden y bloquean las fases de reparación y consiguen éxitos sintomáticos aparentes, puramente ficticios.

La medicina clásica también reconoce los efectos perjudiciales de la quimioterapia:

“Hasta ahora, se conocía que los fármacos quimioterápicos que se emplean para tratar el cáncer tenían efectos sobre el tejido cardíaco, pero no se sabía cuánto tiempo permanecían. Un seguimiento de 22 pacientes revela que los efectos sobre el corazón se agravan con el paso del tiempo. Se aconseja a todas las personas que hayan sido tratadas con este tipo de fármacos que deberían mantener vigilada su función cardiaca de por vida. Aún cuando muchos de los efectos secundarios desaparecen con bastante rapidez, algunos toman meses o años para desaparecer por completo. Algunas veces los efectos secundarios pueden durar toda la vida; tal es el caso cuando la quimioterapia causa daño permanente al corazón, los pulmones, los riñones o a los órganos reproductores. Ciertos tipos de quimioterapia ocasionalmente causan efectos retrasados, como un segundo cáncer, que aparece muchos años después”.

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