La confusión en los términos “curar” y “sanar”
Análisis en profundidad de la teoría del contagio
Por Fátima Gamero, estudiante de la formación.
Introducción
Hola comunidad de Awaking Project. Les saluda una vez más Fati, estudiante de la formación de NMG y encargada de crear contenido para la sección de Awaking Kids en la página y en el canal de YouTube.
En los últimos meses, más personas se han ido sumando a aprender este nuevo paradigma desde cero. Sin embargo, todavía permanecen ciertas ideas preconcebidas sobre qué son las enfermedades, cuál es su sentido biológico y además, cuál es el rol que juegan los microorganismos como las bacterias y virus. Nos han llegado entonces bastantes preguntas donde nos cuestionan si existe una cura para el cáncer de tal órgano, porque la medicina clásica se ha encargado de repetir una y otra vez que no han encontrado la “cura para el cáncer”. Cuando la realidad es que no hay nada que curar.
Por ello, en este artículo abordaremos en profundidad el origen de estos términos “curar” y “sanar”, que son usados casi que de forma cotidiana sin saber su verdadero significado y lo que implican. Además, conoceremos qué es lo que dice el viejo paradigma sobre las enfermedades, partiendo de la teoría microbiana, los supuestos hallazgos de Pasteur, las características de los virus y sobre cómo se da este proceso de “contagio”. Y así iremos desmintiendo cada uno de los argumentos que sustentan estas teorías, las cuales siempre estuvieron sostenidas por un castillo de naipes que, con los maravillosos descubrimientos del Dr. Hamer, ahora hemos logrado derrumbar.
Origen etimológico de los términos “curar” y “sanar”
En primer lugar, debemos conocer el significado de ambos conceptos para que así podamos entender los dogmas que la medicina clásica ha instaurado en el uso cotidiano del lenguaje. Según la RAE (Real Academia Española), la palabra “curar” se define como hacer desaparecer una enfermedad, una herida o un daño físico en una persona, un animal o un organismo. Y también, aplicar los remedios o el tratamiento oportuno a un enfermo o lesionado o a una parte dañada de su cuerpo. Mientras que “sanar” significa restituir la salud de una persona, animal o un organismo que estaba enfermo.
De esta forma, podemos observar que ambos términos parten de lo que tenemos concebido sobre qué es la salud y en contraparte, qué son las enfermedades. La OMS (Organización Mundial de la Salud) considera qué: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Además define enfermedad como: “La alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible”.
Podemos identificar en esta definición el uso de ciertas palabras que intentan aclarar el hecho de que la medicina clásica no conoce el por qué de las enfermedades y el origen de los síntomas. Por ejemplo utilizan “en general” y “más o menos”; palabras que incluso confunden y no dejan entender bien a qué hace referencia. Y entonces, si las enfermedades son alteraciones o desviaciones, ¿por qué estos cambios en los funcionamientos fisiológicos tendrían que ser necesariamente malos? ¿Quién dice que estas modificaciones son negativas para el bienestar de la persona? ¿y no en realidad una adaptación para las circunstancias que vive el paciente?
Teoría del contagio microbiano
Es por ello que debemos analizar qué es lo que establece la teoría del contagio y los supuestos argumentos que la respaldan. En el siglo XIX Louis Pasteur y Robert Koch desarrollan la teoría microbiana, la cual afirma que los microorganismos son la causa de muchas enfermedades. Pasteur demostró entre los años 1860 y 1864 que el proceso de fermentación y el desarrollo de los microorganismos en caldos de nutrientes no procedían de la generación espontánea (aunque él antes afirmaba que sí). Expuso un caldo recién hervido al aire en vasijas que contenían un filtro para impedir que todas las partículas pasaran al medio de cultivo: “e incluso sin ningún filtro, con el aire siendo admitido por un largo tubo que no dejaría pasar polvo”. No creció nada en los caldos, y por tanto los organismos vivos que crecieron en estos caldos venían de fuera, en vez de ser generados. Esta es la historia que se cuenta oficialmente en cualquier página médica que encuentren. Pero sería certero decir entonces que, ¿son estos supuestos agentes externos los responsables de los síntomas?
Uno de los microorganismos más temidos y pintados como el enemigo de la humanidad por la ciencia actual son los virus. Se les cataloga como agentes infecciosos 100 veces más pequeños que una célula y por eso solo se pueden observar usando un microscopio electrónico. Cabe recalcar que la palabra virus procede del latín que significa “toxina” o “veneno”. Se afirma que los virus están al límite de lo que podría considerarse un ser vivo debido a que necesitan la célula de otro ser vivo para vivir: la de un animal, planta o bacteria. Una vez dentro del organismo huésped, el virus “infecta” sus células y se “multiplica para sobrevivir”. Como sabemos, la biología se sustenta en la relación e interacción entre los organismos vivos de esta tierra y lo que pueden aportar entre sí.
Lo cual me lleva a cuestionarme, ¿cuál sería el sentido biológico de que un virus infecte las células de un organismo para reproducirse, si luego va a causar que este mismo organismo muera? ¿No resultaría contraproducente? ¿Y cómo es que los virus pueden continuar viviendo en un cadáver si se supone que las células se hinchan y se desintegran en el proceso de descomposición? ¿Si los virus necesitan de otros organismos como las células para vivir cómo es que existen en primer lugar? Según la medicina clásica, convivimos con cientos de microorganismos a diario, los cuales algunos si causan síntomas pero otros no, y algunos sólo causan síntomas durante períodos específicos (en bajas temperaturas por ejemplo). Entonces por qué algunas personas de una misma familia en un mismo ambiente con circunstancias similares se enferman, y el resto no. Porque la medicina clásica no tuvo otra opción que sacar a relucir el término “asintomático” durante 2020, para así tratar de explicar la teoría del contagio, cuando lo único que hicieron (a parte de crear un oxímoron) fue cavar su propia tumba.
Para realizar este artículo investigué a profundidad los conceptos de la medicina contemporánea, lo cuál me llevó a empezar a cuestionarme más de lo que estos supuestos científicos afirman qué es verdad y catalogan aquello que les cuestiona (cuando se supone que la ciencia hace esto) como teoría de conspiración. Se dice que un asintomático no presenta síntomas de la enfermedad, y sin embargo si está enfermo. Una simple búsqueda en Google respondió mi pregunta. A continuación pongo las palabras exactas de esta página científica: “No sabemos exactamente por qué algunas personas con cor*nav*rus son asintomáticas mientras que otras desarrollan enfermedades que amenazan su vida. Pero esto es lo que sabemos hasta ahora.” Aquí pueden comprobarlo por ustedes mismos: https://es.weforum.org/agenda/2020/05/aqui-esta-la-razon-por-la-que-algunas-personas-con-coronavirus-tienen-sintomas-mientras-que-otras-no/
¿Por qué los virus causan las enfermedades? Por más que busqué cientos de veces y de formas distintas en internet solo encontré respuestas rebuscadas que no responden mi incógnita. Si las personas asintomáticas tienen a un supuesto virus atacando sus células, ¿cómo lo transmiten sin tos ni mocos? Si el rinovirus provoca un resfriado y ataca las células nasales, ¿por qué hay síntomas de catarro o tos? ¿Tiene algo que ver con el proceso infeccioso o es una respuesta del sistema inmunológico? ¿y si es así, cómo? ¿por qué? ¿para qué? Aquí está mi teoría: ¡El contagio no tiene sentido alguno!
No está comprobado científicamente que el virus sea contagioso ni patógeno (porque se supone que necesita de otra célula para vivir, así que ¿cómo pueden sustituir en el aire o en superficies?). La errónea definición del contagio y de las enfermedades se debe a que Pasteur quería ganar prestigio en la comunidad científica, plagiando los descubrimientos que realizó su profesor Antoine Béchamp. Los cuales fueron recopilados por él mismo en los últimos momentos de su vida en un diario privado, que más tarde sería publicado en la universidad de Princeton en 1993 por Gerard Geisson.
Bechamp demostró que las enfermedades causan los gérmenes y no al revés (Pleomorfismo), y postuló que las células de nuestro cuerpo no son atacadas por gérmenes externos portadores de enfermedades. En su libro titulado “La Sangre y su Tercer Elemento”, Béchamp concluyó qué: El aire ordinario, cerca de la tierra, contiene objetos microscópicos vivos llamados gérmenes, y estos gérmenes son esencialmente microzimas, resultantes de la destrucción total de un organismo vivo. El aire normal no contiene ni gérmenes preexistentes ni las cosas que se han llamado impropiamente microbios. En su libro él explica a profundidad y detalle con ayuda de los resultados de sus múltiples experimentos que las microzimas son tanto el origen de la vida como el fin de esta, que se encuentran en un ciclo sin fin de constante transformación.
Curar parte de la idea que hay algo que no está funcionando bien en los procesos naturales del organismo humano, que hay algo que está mal. Es una palabra utilizada por el viejo paradigma médico para jactarse de que han encontrado una cura para muchas de las enfermedades mediantes medicamentos y vacunas, cuando lo único que hacen es aminorar ciertos síntomas y “prevenir” el contagio.
Por otro lado, sanar se usa de forma frecuente en un entorno holístico o en un paradigma alternativo, en terapias que sin embargo, también ven a las enfermedades como un desequilibrio, una carga de una vida pasada, un karma que hay cobrar o el resultado de emociones que no han sido procesadas. Y es por que todavía conciben que dentro de la naturaleza y las interacciones biológicas existe “lo bueno” y “lo malo” cuando estos son conceptos humanos, creados por una sociedad enferma para justificar ciertas circunstancias y comportamientos.
El sentido biológico de las enfermedades
Creer que debemos curar o sanar una enfermedad parte de la base que se nos ha inculcado de forma dogmática, donde cualquier síntoma que experimentemos está mal, representa un equilibrio, no es natural, que es producto de un contagio o un fallo de algunos de los sistemas de nuestro cuerpo. Y estos conjuntos de síntomas se van etiquetando con nombres para tratar de darles una explicación, cuando la medicina convencional ni siquiera conoce el por qué de estos síntomas. Le llaman cáncer, enfermedades autoinmunes, desórdenes mentales, afecciones o traumatismos. Debemos desbaratar todo lo que creíamos conocer sobre el origen de las enfermedades, y reescribir el concepto que se le ha dado desde que la teoría del contagio fue postulada.
Los estudiantes de la Germánica sabemos con exactitud el qué son, por qué, para qué, cuándo y dónde de las enfermedades. Los crecimientos celulares, o tumores, no son una suerte de azar genético ni tampoco un castigo o un karma que pagar, son sencillamente adaptaciones biológicas. Y aunque al inicio puede sonar complejo, conforme vamos profundizando en el estudio de las cinco leyes biológicas, nos damos cuenta que tiene sentido. Cada uno de los síntomas que vamos experimentando, desde la presión alta, la fatiga, el insomnio hasta sangrados en heces, inflamaciones o dolores de cabeza tienen un propósito. Ayudarte a resolver un conflicto, porque esa es la principal misión del cerebro: asegurar la supervivencia del individuo.
Las enfermedades son programas biológicos que se detonan a partir de un DHS vivido por la persona. Un choque biológico altamente dramático, vivido en soledad y totalmente inesperado que marca un conflicto en la persona, donde quiere hacer algo pero no puede, o donde no quiere hacer algo y se ve obligado. Por ejemplo: la pérdida de un ser querido, un despido laboral, una estafa económica, una infidelidad, una pelea familiar. Y todo dependerá de la masa conflictual, es decir, el tiempo en el que el conflicto está activo multiplicado por la intensidad del drama; ¿cuánto le afecta la situación a la persona?
Estos programas biológicos buscan adaptar la función de un órgano para que sea más eficiente. Recordemos que para el cerebro todo es real, y un pedazo de comida puede ser una herencia. Entonces si yo no puedo digerir que un familiar me haya mandado una indirecta en la cena de Navidad, el cerebro interpreta que yo necesito producir más ácido clorhídrico en mi estómago para poder “digerir” este comentario. Cada programa biológico tiene dos etapas: una fase activa, donde el conflicto está pendiente, y una fase de reparación, donde el conflicto ha sido solucionado y las adaptaciones que se llevaron a cabo en fase activa, ahora tienen que volver a la normalidad paulatinamente.
Cabe recalcar que la mayoría de tumores o demás síntomas se detectan en fase de reparación. Y los diagnósticos, o mejor dicho sentencias de muerte, generan a su vez más conflictos en la persona llamados iatrogénicos. El individuo cree que algo anda mal con su corazón, con su hígado, con su cuerpo y el cerebro busca adaptarse. Los pensamientos son muy peligrosos. Es por eso que durante una anamnesis se pregunta cómo la persona se enteró que tenía tal enfermedad, si fue porque experimentaba síntomas verdaderos, o porque se lo detectaron en un chequeo de rutina. En la medicina germánica, sabemos lo perjudiciales que pueden llegar a ser los tratamientos clásicos, con sus medicamentos que interrumpen los programas biológicos y hacen que las fases de reparación sean más intensas, con sus quimioterapias y radioterapias que dejan efectos terribles en los pacientes, o con sus antibióticos que matan a los trabajadores de nuestro cuerpo cuya tarea era ayudarnos.
¿Y qué papel juegan entonces los microorganismos en estos programas biológicos sensatos de la naturaleza? Las bacterias, micobacterias, hongos y virus son nuestros fieles aliados. Su rol dentro de cada SBS consiste básicamente, comerse las proliferaciones celulares en los programas biológicos pertenecientes al endodermo y al viejo mesodermo. Además de que ya sabemos la microbiota que tenemos en nuestra flora intestinal e incluso en el caso de las mujeres, la flora vaginal. De igual forma, Bechamp descubrió que los microbios son resultado de las enfermedades, y no los causantes como tan fervientemente aseguraba Pasteur. Es ilógico pensar que los microorganismos que conviven con nosotros desde el inicio del tiempo, buscarán atacarnos y si así fuera, ¿qué ganarían ellos? ¡Nada! ¡La teoría del contagio no tiene ningún sentido!
Reflexión final
En conclusión, no hay nada que curar o sanar, porque las enfermedades no son un error del cuerpo, no son producto de la infección de una de nuestras células, no son un castigo o una sentencia. “Enfermedad” es el nombre que se le ha dado al conjunto de síntomas que experimenta el cuerpo durante ciertas circunstancias a raíz de un choque biológico, la inhibición de una acción; con el objetivo de adaptar cierto órgano y que la persona pueda superar ese bache en su vida que le tiene en conflicto, y seguir adelante. Con la NMG, conocemos la relación entre la triada psique-cerebro y órgano; la cual explica que las adaptaciones biológicas se llevan a cabo a nivel cerebral, con los focos de Hamer, a nivel orgánico, con los síntomas en los diferentes órganos, y a nivel psíquico, con cambios de comportamiento como son la depresión o la manía.
El cuerpo no es nuestro enemigo. Las bacterias, micobacterias, hongos y virus tampoco lo son, de hecho gracias a ellos estamos vivos. Así que ya no es necesario utilizar las palabras “sanar” y “curar” cuando hacemos referencia a las enfermedades, porque son programas biológicos con un sentido biológico pleno y sensato en la naturaleza. Con las consultas, nosotros ayudamos a las personas a que entiendan e identifiquen cuál fue el conflicto que detonó los síntomas, les explicamos cada síntoma para que pierdan el miedo, y les damos una guía para ver cómo pueden resolver el DHS. Sin embargo, dependerá totalmente de la persona ser coherente, prestar atención a su vida, y hacer los cambios que se requieran para encontrar su paz.
Mando un abrazo a todos los que están leyendo este artículo. Espero de todo corazón que haya sido de su agrado. Más abajo podrán encontrar todas las fuentes que utilicé para armar este artículo, y así puedan comprobar por ustedes mismos la información. Además, recuerden que pueden adquirir la formación en el siguiente link: https://awakingproject.com/cat-prod/nmg/
Saludos a todos.
Fuentes:
- https://dle.rae.es/
- https://www.who.int/es/about/frequently-asked-questions
- https://www.who.int/es/about/frequently-asked-questions#:~:text=%C2%BFC%C3%B3mo%20define%20la%20OMS%20la,ausencia%20de%20afecciones%20o%20enfermedades%C2%BB.
- https://www.quimica.es/enciclopedia/Teor%C3%ADa_microbiana_de_la_enfermedad.html
- https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20200211/473420975426/virus-agente-infeccion-tipos-vacunas.html
- https://awakingproject.com/respuestas-sobres-los-virus/
- https://es.weforum.org/agenda/2020/05/aqui-esta-la-razon-por-la-que-algunas-personas-con-coronavirus-tienen-sintomas-mientras-que-otras-no/
- El Tercer Elemento de la Sangre, Antoine Bechamp, Edición © 2020.
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